Thunderbolts*
Críticas
4,0
Muy buena
Thunderbolts*

Aire fresco para la Fase 6

por Alicia P. Ferreirós

Se nos ha repetido hasta la saciedad en promociones y carteles: 'No son Súper. No son héroes'. Ni tampoco les hace falta. Más allá de cómo los llamemos, Marvel tiene un nuevo equipo de héroes y vienen pisando con fuerza. Bajo la dirección de David Harbour, entre otros, Thunderbolts* llega a las salas de cine como un soplo de aire fresco y un alivio para los fans del UCM: es una de las mejores producciones de la franquicia en los últimos tiempos.

Inspirada en la serie de cómics de Marvel publicada por primera vez en 1997, Thunderbolts* tiene una doble misión. Por un lado, cerrar una Fase 5 marcada por más decepciones que éxitos, pero principalmente la de ser el nexo con una Fase 6 que está marcada por el regreso de la saga Vengadores siete años después de Vengadores: Endgame, una etapa que genera tanta expectación como dudas en el público.

Con sus integrantes ya confirmados para Julia Louis-Dreyfus). La nueva directora de la CIA ha ideado un plan para reunirlos que se transformará de una trampa mortal a una misión crucial para evitar que el mundo caiga en la oscuridad.

Marvel Studios

El equipo está formado por Yelena Belova (Pugh), Bucky Barnes (Stan), Guardián Rojo (Harbour), Fantasma (Wyatt Russell) y ni tengo ningún problema en afirmar que son lo mejor de la película de Schreier. Cada uno de ellos derrocha un carisma a nivel individual -que ya conocimos por separado en anteriores series y películas UCM- que se eleva a la enésima potencia cuando funcionan en equipo y su química es pura gasolina para la historia y la hace realmente divertida.

Aunque Thunderbolts* tiene escenas de acción espectaculares, coreografías impresionantes y un poderoso villano con un trasfondo tan poderoso como prometedor, lo que la distingue es la idea inicial con la que partíamos: no son seres extraordinarios ni héroes tradicionales, sino que su determinación sea inquebrantable porque cuentan con lo más valioso, que es su propia humanidad.

Además, la película logra ser emotiva y abordar temas complejos como el trauma y la salud mental, sin dejar de ser divertida y carismática. Es una bocanada de aire fresco para la franquicia, aunque debe enfrentarse al desafío actual de las películas de Marvel: la disminución del entusiasmo de los fans. En cualquier caso, el final responde a las preguntas planteadas y deja con ganas de más Marvel, justo lo que necesitaba la Fase 6.

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