Rollie Tyler es un hábil creador de efectos especiales que trabaja para la industria del cine. Un agente del FBI llamado Lipton se pone en o con él para pedir su colaboración. La agencia federal quiere fingir el asesinato de un mafioso, Nicholas DeFranco, dispuesto a testificar contra otros de la organización criminal a la que pertenece, y así protegerlo de una amenaza real. Tyler accede y prepara un atentado falso. Se trata de una trampa que lleva al inocente Rollie a matar realmente a DeFranco. De este modo, la Policía le persigue como autor del asesinato y los verdaderos responsables de la muerte del mafioso quieren matarlo para silenciarlo y no dejar ningún cabo suelto. Tyler encuentra un aliado inesperado en el detective Leo McCarthy, que investiga la muerte de DeFranco.
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