"¡Qué vergüenza!", gritó Retrato de una mujer en llamas, una de las caras más visibles del #MeToo francés, en el interior de la gala de entrega de los 45ª Premios César se tradujo fuera de la ceremonia con protestas, antes de los galardones, y mucha indignación a causa de la lluvia de nominaciones que Polanski recibió por su última película.
La gala de los César 2020, celebrada anoche en París, fue tensa, y no solo por el affaire Polanski, quien se abstuvo de asistir a la ceremonia por motivos obvios. El cine francés está tratando de asumir una crisis muy profunda y la dirección de la Academia de las Artes y Técnicas del Cine de Francia dimitió en bloque tras semanas de fuertes críticas en torno a la falta de paridad y la notable opacidad del organismo. La gota que colmó el vaso fueron las 12 nominaciones con las que partía El oficial y el espía, de Polanski. Haenel llegó a decir que premiar a Polanski sería como "escupir en la cara de las víctimas".
Sea como fuere, los César 2020 quedaron muy repartidos entre las diferentes candidatas: Papicha, de Monna Meddour, logró también dos César –Mejor ópera prima y Mejor actriz revelación, para Lyna Khoudri–; mientras que Retrato de una mujer en llamas, que partía con 10 nominaciones, solo fue reconocida con el César a la Mejor fotografía.
Los César 2020 a las interpretaciones protagonistas recayeron en Anaïs Demoustier, por Gracias a Dios, y la citada Fanny Ardant.
Por último, el César al Mejor documental fue para M, de Yolande Zauberman; mientras que Parásitos, el exitazo global de Bong Joon-ho, logró el César a la Mejor película extranjera, en una gala que pasará a la historia del cine francés porque, a todas luces, ha evidenciado el terremoto que está agitando sus cimientos.
Fuente: El país.