Paul Verhoeven, el filme no es solo recordada por su sátira política y sus intensas escenas de acción, sino también por lo descomunal que fue su producción.

Basada en la novela de Robert A. Heinlein, la historia sigue a un grupo de jóvenes soldados que luchan contra una raza de insectos alienígenas en una guerra interestelar. Con una mezcla de crítica social y violencia estilizada, la película se ha convertido en una obra de culto con el paso de los años.
Pero lo que muchos no saben es que el rodaje fue tan intenso como la historia que narra. Según Robert 'Rock' Galotti, coordinador de armas veterano de Hollywood, durante el rodaje se utilizaron más de 300.000 balas de fogueo, una cifra que marcó un récord personal en su carrera y, posiblemente, en general dada la actual dependencia de los estudios cinematográficos con el CGI.
Galotti, quien también trabajo en producciones como "La gente salió corriendo del cine gritando": Así de violenta reaccionó el público ante una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos
El compromiso con lo físico y lo tangible fue parte del estilo de Verhoeven, quien ya había mostrado un gusto por los efectos prácticos con películas como Desafío total. En Starship Troopers, esa apuesta llevó al límite la logística del rodaje, pero también le otorgó a la película una estética intensa y visceral que aún impacta a los espectadores más de dos décadas después.
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