Si hay algo por lo que destaca siempre Titanic.

La actriz dio vida a Rose en el filme de 1998 dirigido por Leonardo DiCaprio. Fue en su momento la película más taquillera de la historia del cine. Ahora ha caído al cuarto puesto, pero su impacto cultural fue y es brutal. Eso tuvo consecuencias: tanto Winslet como DiCaprio se convirtieron en megaestrellas y eso no gustó a la acrtriz.
"Sentí que tenía que tener un cierto aspecto o ser cierta cosa y la intrusión de los medios era tan potente en esos momentos que mi vida fue bastante desagradable", ha contado en Porter Magazine.
Como añade:
Los periodistas siempre decían: 'Tras 'Titanic' pudiste haber hecho cualquier cosa y elegiste hacer cosas pequeñas'. Y yo respondía: 'Sí, ¡Puedes apostar que sí! Porque, adivina, ser famoso es horrible
Winslet solo tenía 22 años cuando protagonizó Titanic y, aunque lo ocurrido después no fue agradable, el proyecto también le trajo cosas buenas. "Estuve agradecida, por supuesto. Estaba en mi veintena y pude permitirme un piso. Pero no quería que me siguieran a, literalmente, dar de comer a los patos".

Winslet reconoce, en este momento de su vida, que la palabra "fama" es "ridícula" y ya no la considera una "carga". "Titanic sigue dando a la gente mucha alegría", destaca. "La única vez que digo 'oh, escóndete', es si estamos en un barco en alguna parte".
Winslet consiguió una nominación al Oscar a Mejor actriz por Titanic. A día de hoy, la actriz cuenta con 7 nominaciones a los premios de la Academia de Cine de Hollywood. Solo ganó uno: el de 2009 por El lector.
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