En 2012, Michael Arndt para que la reescribiera a su gusto.

Los tributos campeones l6j1s
Tampoco es que Arndt tuviera tanto margen para la improvisación: al fin y al cabo, Los juegos del hambre: en llamas se basaba en la misma saga literaria de Suzanne Collins y no podía transgredirla excesivamente. Sí que tomó una decisión un poco extraña pero perfectamente válida: no dar la puntuación de los entrenamientos de Katniss y Peeta. Sin embargo, el libro sí lo hace. Y los resultados son increíbles.
Si en la primera parte Peeta conseguía un 8 y Katniss un 11, en esta secuela, concebida como un all-stars, ambos baten el récord de 12, aunque se deja caer que no es necesariamente por su pericia, sino porque el gobierno quiere ponerles una diana encima y castigarles por tratar de arruinar los juegos el año anterior. Los resultados de los entrenamientos también son muy diferentes: en el libro, Katniss acaba ahorcando a un muñeco de entrenamiento y escribiendo el nombre de Seneca Crane por todo su cuerpo. Salvaje, desde luego.
Después de que En Llamas fuera otro sonoro éxito, la saga cometió su mayor error: dividir el siguiente libro, su precuela de este año. Y es que quedan unos 70 Juegos por ser narrados. ¿Quién nos asegura que no acabemos viéndolos tarde o temprano?